Rennes es una ciudad con una rica historia y patrimonio cultural que se extiende a través de sus calles adoquinadas, plazas pintorescas y edificios históricos.
La Catedral de San Pedro es una imponente catedral gótica del siglo XV está situada en el corazón del centro histórico de Rennes y es una de las principales atracciones turísticas de la ciudad. Destacan sus impresionantes vidrieras y la majestuosa fachada.
El Parlamento de Bretaña es un palacio del siglo XVII que alberga la sede del Tribunal de Apelación de Rennes. Se puede visitar su gran escalera, la sala de audiencias y la capilla.
Los Jardines del Thabor datan del siglo XIX, son una joya escondida en el centro de la ciudad.
Los visitantes pueden explorar sus jardines botánicos, rosaleda, lago, invernadero y estatuas.
La Plaza del Ayuntamiento se encuentra en el corazón de la ciudad y cuenta con edificios impresionantes como el Ayuntamiento y la Ópera de Rennes.
El Teatro Nacional de Bretaña es un edificio del siglo XIX es el principal teatro de Rennes y cuenta con una impresionante fachada neoclásica. En su interior, se pueden disfrutar de numerosas obras de teatro, conciertos y eventos culturales.
El Centro histórico de Rennes es una zona peatonal ofrece un ambiente acogedor, lleno de tiendas, bares y restaurantes en edificios históricos.
La Basílica de San Salvador es una iglesia del siglo XIX de estilo neobizantino cuenta con una impresionante cúpula dorada y un gran órgano.
El único vestigio de las antiguas murallas de la ciudad son las Portes Mordelaises.
Esta puerta fortificada del siglo XV cuenta con dos torres y una pasarela.
El Mercado de Lices es al aire libre ofrece una amplia variedad de productos locales, como quesos, embutidos, frutas y verduras.
La Plaza Sainte-Anne cuenta con numerosos bares y restaurantes en un ambiente animado y vibrante.