La Catedral de San Pedro es uno de los lugares más impresionantes y simbólicos de Rennes, ubicada en el centro histórico de la ciudad.
Es una obra maestra de la arquitectura gótica que data de los siglos XII y XVIII. La catedral se construyó sobre el sitio de una antigua iglesia románica y está dedicada a San Pedro, el patrón de la ciudad.
Entre las principales atracciones de la Catedral de San Pedro se encuentran su impresionante fachada, sus vitrales medievales, su órgano del siglo XVII y la tumba de los Duques de Bretaña.
La fachada oeste es especialmente impresionante, con sus torres gemelas, sus gárgolas y su enorme rosetón.
Los vitrales de la catedral son considerados algunos de los más bellos de Francia. Cada vitral es una obra de arte en sí misma, con colores intensos y detallados diseños que ilustran historias bíblicas y escenas de la vida de los santos.
El órgano de la catedral es uno de los más grandes y antiguos de Francia, con más de 6.000 tubos y 84 registros. Fue construido en el siglo XVII por el famoso constructor de órganos, Thomas Dallam, y ha sido restaurado varias veces a lo largo de los siglos.
La tumba de los Duques de Bretaña, ubicada en la capilla del sur de la catedral, es otro de los atractivos de la Catedral de San Pedro. Es una impresionante pieza de escultura gótica que data del siglo XV y que representa a Francisco II de Bretaña y a su esposa, Margarita de Foix.
En definitiva, la Catedral de San Pedro es un lugar de visita obligada en Rennes, donde podrás disfrutar de la majestuosidad de la arquitectura gótica, admirar los impresionantes vitrales, escuchar la música del órgano y conocer más sobre la historia de la región.