En la resplandeciente Provenza-Alpes-Costa Azul, Las Calanques emergen como un regalo de la naturaleza, un paisaje de calas escarpadas, aguas turquesas y acantilados blancos que enamora a los aventureros y amantes de la naturaleza por igual.
Este rincón de la Costa Azul no solo deslumbra con su belleza escénica, sino que también ofrece oportunidades para la exploración, la relajación y la conexión con la rica biodiversidad marina.
Las Calanques son accesibles desde la ciudad de Marsella, situada a unos 20 kilómetros al oeste. El medio más pintoresco para llegar es a través del mar Mediterráneo.
Los viajeros pueden optar por excursiones en barco desde el puerto de Marsella, disfrutando de un viaje que revela gradualmente la majestuosidad de las calas desde la perspectiva del agua.
Las Calanques ofrecen un paraíso para los entusiastas del senderismo. Senderos bien marcados serpentean entre acantilados que se sumergen en aguas cristalinas y calas escondidas. Las rutas, como el sendero de En-Vau, llevan a los visitantes a través de paisajes que fusionan la fragancia de la flora mediterránea con el sonido de las olas rompiendo en la costa.
Cada cala en Las Calanques tiene su propia personalidad y encanto.
Calanque d'En-Vau, con sus aguas turquesas enmarcadas por altos acantilados, invita al descanso y la contemplación. Calanque de Sugiton, rodeada de vegetación exuberante, ofrece una paleta de colores que varía con las estaciones. Cada cala es un refugio único que espera ser descubierto.
Las aguas cristalinas de Las Calanques son un paraíso para los amantes del buceo y el snorkel. Sumergirse en este entorno marino revela un mundo submarino rico en vida, con peces coloridos, algas vibrantes y formaciones rocosas fascinantes. Numeras empresas locales ofrecen excursiones de buceo guiadas para explorar los secretos de las profundidades.
La gastronomía en las cercanías de Las Calanques celebra los sabores mediterráneos. Restaurantes a orillas del mar ofrecen delicias como la bouillabaisse, una sopa de pescado tradicional de la región, así como pescados frescos y mariscos.
Disfrutar de una comida con vistas a las Calanques es una experiencia culinaria que complementa la belleza natural que rodea la región.
Las Calanques, con sus aguas turquesas, acantilados impresionantes y biodiversidad única, representan un santuario natural en la Costa Azul de Provenza.