Adentrarse en la Abadía de Fontenay es emprender un viaje a través de los siglos.
Situada en la campiña de Borgoña, esta abadía cisterciense, fundada en 1118 por San Bernardo de Claraval, emerge como un testimonio de la espiritualidad y la arquitectura medieval. Las piedras grises de la abadía cuentan la historia de monjes que buscaron la simplicidad y la comunión con la naturaleza.
La arquitectura de la Abadía de Fontenay sigue los principios cistercienses de simplicidad y funcionalidad. El claustro, con sus arcadas de elegante sobriedad, invita a la contemplación silenciosa. La iglesia, con su nave austera y sus vidrieras que filtran la luz, es un espacio que evoca una sensación de trascendencia. La Torre del Agua, con su ingenioso sistema hidráulico medieval, añade un toque práctico y visionario.
Los jardines que rodean la abadía ofrecen un retiro tranquilo. Los estanques reflejan la armonía de la arquitectura circundante, mientras que los senderos bordeados de árboles conducen a rincones de contemplación.
La simbiosis entre la arquitectura y la naturaleza resalta la filosofía cisterciense de conexión con el entorno, creando un espacio sagrado que trasciende el tiempo.
La Abadía de Fontenay se encuentra cerca de Montbard, una pequeña ciudad en Borgoña. Desde París, los viajeros pueden tomar un tren hasta Montbard y luego un corto trayecto en taxi o autobús hasta la abadía. Aquellos que prefieren la libertad de explorar a su propio ritmo pueden alquilar un automóvil y disfrutar de un pintoresco viaje a través del campo francés.
Explorar la región de Borgoña no solo es un festín para los sentidos en términos de historia y arquitectura, sino también en cuanto a la gastronomía. Los restaurantes locales ofrecen delicias como los quesos de la región, el vino de Borgoña y platos tradicionales como el boeuf bourguignon. Una oportunidad perfecta para degustar los sabores auténticos de la región después de una visita a la abadía.
La Abadía de Fontenay, además de ser un destino turístico, alberga eventos culturales y religiosos a lo largo del año. Desde conciertos de música sacra hasta representaciones teatrales, estos eventos enriquecen la experiencia de los visitantes, proporcionando una conexión más profunda con la historia y la espiritualidad del lugar.
La Abadía de Fontenay se erige como más que un sitio histórico; es un retiro de serenidad y espiritualidad en medio de la belleza natural de Borgoña. Al explorar sus piedras antiguas y pasear por sus jardines, los visitantes se sumergen en la esencia misma de la filosofía cisterciense.
La abadía se presenta como un rincón atemporal, donde la conexión entre la arquitectura, la naturaleza y la espiritualidad se entrelazan para crear una experiencia única.