El Puente de Avignon, también conocido como Pont Saint-Bénézet, es uno de los monumentos más emblemáticos de Avignon, en el sur de Francia. Este impresionante puente de piedra, que se extiende a lo largo del río Ródano, data del siglo XII y en su momento fue un importante paso para la navegación y el comercio. La construcción original contaba con 22 arcos, de los cuales solo quedan cuatro en pie.
Una de las principales atracciones del puente es la capilla de Saint-Bénézet, que se encuentra en una de las torres del puente. Esta capilla fue construida en el siglo XVII en honor al joven Bénézet, un pastor que, según la leyenda, fue el impulsor de la construcción del puente. En la capilla se pueden ver pinturas y esculturas que relatan la historia del puente y de Saint-Bénézet.
Otro atractivo del puente es la vista panorámica que se tiene desde él. Al caminar por el puente se pueden disfrutar de vistas espectaculares del río y de la ciudad de Avignon. Además, en la orilla del río hay varios restaurantes y bares que ofrecen la oportunidad de disfrutar de una cena o copa mientras se admira el paisaje.
El Puente de Avignon también cuenta con una rica historia. Durante la Edad Media, el puente jugó un papel importante en la defensa de la ciudad contra las invasiones. Durante siglos, la construcción sufrió varios daños debido a las inundaciones y las guerras, hasta que finalmente se decidió abandonar su reparación y conservarlo como un monumento histórico.
En la actualidad, el Puente de Avignon es uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad y una visita obligada para aquellos que quieren conocer la historia y la belleza de Avignon.