La Basílica Notre-Dame de la Garde es uno de los lugares más emblemáticos y visitados de Marsella.
Es conocida por su ubicación privilegiada en la cima de una colina que domina la ciudad y por su arquitectura neo-bizantina, con una fachada ornamental de estilo románico-bizantino y una cúpula de cobre dorado de 30 metros de altura.
La basílica fue construida a mediados del siglo XIX en honor a la Virgen María, y es un lugar de peregrinación y devoción para muchos católicos.
Además de su valor religioso, la Basílica Notre-Dame de la Garde también ofrece vistas panorámicas impresionantes de Marsella y su puerto, convirtiéndose en uno de los puntos más fotografiados de la ciudad.
La basílica cuenta con un museo en su interior, que exhibe objetos religiosos y obras de arte, así como una tienda de regalos que ofrece recuerdos y souvenirs.
Los visitantes pueden llegar a la basílica a través de transporte público o mediante una caminata por un sendero empinado que lleva a la cima de la colina.
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